"E, preso un bambino, lo pose in mezzo a loro e, abbracciandolo, disse loro: «Chi accoglie uno solo di questi bambini nel mio nome, accoglie me ..." (Dal Vangelo di Marco)
Dio Dios su vida a los niños,
su amado y querido pueblo.
En todos dejó su ser,
Él iba en todos ellos.
El Dios-Uno-Trinidad
soñó, en la tierra, el cielo
y dejó de ser Dios Solo
para ser Dios-con-su-Pueblo.
Dios, sin su pueblo, no quiso ser Dios,
no quiso ser Dios sin su pueblo,
no, ¡no quiso, no quiso ser Dios! (2)
Por eso dijo a los hombres
que creían conocerlo:
“Si no seguís siendo niños
no construiréis mi Reino.
Ya está en vuestro corazón
y si no os parece cierto,
olvidasteis el ser niños
porque no os sentís pequeños”.